Son unas
semillas de origen sudamericano que hay que hidratarlas antes
de tomarlas. Destacan por su alto contenido en aceites Omega 3 que ayuda a
reducir el colesterol, aparte de ser una fuente importante de antioxidantes, proteínas, aminoácidos, vitaminas, minerales y
fibra (como remedio para el
estreñimiento) además de tener un alto poder saciante.
LAS PRINCIPALES PROPIEDADES NUTRICIONALES SON:
Las semillas de chía contienen un porcentaje más elevado de proteínas que otros cereales y,
al contrario que muchos de ellos, contiene lisina (un aminoácido del
que los cereales suelen carecer). Además tienen la ventaja de que no
contienen gluten, por lo que están indicadas en personas celiacas. Al igual que
otros vegetales, sus aminoácidos no contienen todos los aminoácidos esenciales en
las proporciones necesarias, pero cumplen una importante función nutricional,
sobre todo cuando se combinan con cereales, legumbres y otras semillas.
El principal motivo por el que se le atribuye a las
semillas de chía un impacto tan beneficioso en la salud son sus ácidos grasos esenciales Omega 3 y Omega
6. Contiene de ambos, pero sobre todo son ricas en ácidos grasos Omega 3.
De hecho, es uno de los alimentos más ricos en Omega 3 que existen (una
cucharada de semillas de chía contiene tanto Omega 3 como una pieza grande de
pescado azul) y es ahí donde reside su principal virtud. Estos ácidos grasos
realizan labores fundamentales en las membranas celulares y previenen las enfermedades
cardiovasculares, hipertensión, problemas circulatorios, colesterol, etc…
Otra de las características relevantes de las semillas de chía es su alto porcentaje de fibra soluble
(mucílagos), que tiene la capacidad de cuadriplicar su volumen cuando se
mezclan con agua. Este tipo de hidratos de carbono resultan muy
beneficiosos para personas diabéticas (ya que regulan los niveles de
glucosa en sangre) y para todas las personas en general, ya que limpia de
toxinas las paredes del intestino y mejora los estados de estreñimiento.
Las semillas de chía contienen vitamina A (una de las más antioxidantes) y vitaminas del grupo B (esenciales
para mantener la buena salud de la piel y los tejidos).
Las semillas de chía son ricas en numerosos minerales, pero particularmente en potasio y en calcio. No contiene
tanto calcio como las semillas de sésamo, por
ejemplo, pero sí el suficiente como para tenerlas en cuenta.
Después de leer sobre todos estos
beneficios, nosotros no dudamos en añadirlas a nuestra dieta y desde entonces
ya notamos sus beneficios. Concretamente en mi caso, en los últimos
análisis de sangre que me he hecho el hierro estaba estable (tiendo a
tenerlo bajo) y el colesterol había disminuido un 15%, yo que siempre
había estado en torno al límite, esta vez estaba por debajo, y lo único
que ha cambiado en mi dieta últimamente son las semillas de Chía y la
Quínoa, de la que pronto hablaré.
CÓMO TOMARLAS:
La forma más común de comer Chía
es mezclando las semillas con agua, zumo o algún alimento líquido para que se
hidraten, pueden aumentar su tamaño entre 8 y 12 veces y basta con
dejarlas en remojo como unos 10 minutos.
En nuestro caso, simplemente la
añadimos al yogurt, se echa una cucharadita de postre un rato antes de tomarlo
y se remueve para que se puedan hidratar las semillas. No cambian el sabor y
pronto te acostumbras a su textura.
Otra forma es echándola sin
hidratar en la ensalada junto con otras semillas o frutos secos. Nosotros
tenemos en un bote un mix que añadimos a todas las ensaladas.
No obstante, hay que tener
cuidado con la cantidad diaria, no hay que sobrepasar dos cucharaditas de
postre al día.
DONDE CONSEGUIRLAS:
Aunque ya se pueden encontrar en
muchos supermercados, nosotros las compramos en la versión ecológica que es más
difícil de conseguir en un súper, por ahora las hemos encontrado en el ALDI.
Supongo que en el CARREFOUR también las tengan, pues tienen una sección muy buena
de productos ecológicos. Y si no tienes a mano ninguno de estos
establecimientos, siempre queda el Herbolario de confianza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario